El amor es un sentimiento intenso, difícil de descifrar y controlar. Cuando una persona se enamora arriesga todo e incluso el miedo a salir herido. Las relaciones son un vaivén de situaciones que nos terminan marcando.

Los momentos lindos se convierten en memorias que guardamos con gozo y en caso contrario, las escenas de celos o peleas se convierten en miedos o traumas que no nos dejan avanzar a una nueva relación.

Existen muchas personas que se arriesgan por el amor pero hay otras que se cierran a ello, ya sea por un mal ex o por amistades que pasaron difíciles relaciones y piensa que quizás les ocurrirá lo mismo. Todos los seres humanos somos una historia aparte.

El amor llega como el primer viento de primavera; no lo esperas, pero cuando llega, cala hasta el mas fondo de nuestro ser.

Ese suave ventarrón nos hace sentirnos diferentes y a su vez vulnerables. Al sentirnos expuestos y no poder huir de nuestros sentimientos buscamos la forma más rápida de protegernos. En los más comunes de los casos nos cerramos a lo que sentimos, huimos de la presencia de la persona o usamos la estrategia más eficiente, es decir, tratamos mal a la otra persona para ahuyentarlo. Cometemos el error de evitar saber si esa persona nos haría feliz.

Nuestros más grandes miedos se hacen presentes : ¿Seré suficiente? ¿Valdrá la pena? ¿Sufriré otra vez?. Déjame decirte que cuando sientes amor por otra persona, vale la pena intentarlo.

El amor es como el fútbol, nosotros somos los jugadores y los 90 minutos es nuestra oportunidad de ser felices. Los jugadores cuando pierden un partido salen derrotados, es cierto, pero a su vez buscan todos los errores que cometieron para así evitarlos en un futuro. Los jugadores no saldrán con miedo en un próximo partido, en caso contrario, salen dispuestos a jugar hasta el último segundo. Las inseguridades se hacen presentes en las relaciones. Es comprensible el temor a lo desconocido, no saber si esa persona te amara o valorará como tú te mereces. Sin embargo, puedes usar tus 15 minutos de cambio de tiempo para poder respirar, frenar un momento y ponerte como prioridad para volver a sentirte segura.

Como en los mejores equipos, puedes idear tu estrategia para intentarlo y no salir lastimado. Los entrenadores saben el momento exacto para cambiar de jugada o incluso de jugador para evitar una derrota. Se el propio entrenador de tu vida.

Recuerda que en el amor como en el fútbol hay triunfos, derrotas e incluso empates. Esto no indica como será tu próximo partido, no dejes que tus miedos e inseguridades te priven de sentir el gozo que te ofrece vivir el amor. Si tienes dudas de seguir intentándolo y aún necesitas un poco más de tiempo, recuerda que puedes jugar tu tiempo suplementario.