Desde un lugar privilegiado emprendió un viaje hasta sus orígenes y a partir de entonces ha asumido como responsabilidad la reinvidicación de su comunidad. Indígena de ascendencia chanka, raíces apurimeñas y género no binario. Nia Huaytalla es voz joven de la contrahegemonía política, social, ambiental y cultural. Desde Buenos Aires, la persona detrás de @hulami conversó con DE PORTADA sobre el orgullo de ser unx mismx y reivindicarse como acto de justicia, amor propio y colectivo en el marco del Día del Orgullo LGBTIQ+.
Nia nació y creció en la capital argentina conociendo al Perú a través de su madre, nativa de Chincheros, pueblo apurimeño, quien tuvo la oportunidad de migrar al extranjero y, pese a las dificultades que se le presentaron, culminó su carrera universitaria e hizo una vida en el país sureño.
“Buenos Aires es una ciudad muy racista y siempre crecí odiándome y odiando las raíces que tenía. Toda reivindicación con la cultura indígena para mí era algo vergonzoso hasta que la última vez que viajé a Perú pude ir al pueblo de mi mamá y empezó a cambiar todo eso. Me animé a mostrar más mis raíces, pero de todas formas aún notaba en Lima muchísimo ese rechazo. En Lima tratan a la gente serrana de una forma despectiva y eso no me gustaba. Empecé a notar que era algo que pasaba en todos lados”.
Esta y otras experiencias, le animaron a aperturar un espacio en redes sociales desde donde habla de racismo, feminismo interseccional, diversidad sexual, justicia climática y social. Desde esta tarima, los ojos de más de 50 mil usuarios de Instagram se encuentran puestos sobre Nia cada vez que publica contenido. Consciente de ello, este está alejado de lo que la gente quiere ver para ser una extensión de sus ideas y principios con el objetivo de informar a quienes estén interesadxs. “Mucha gente me idealiza un montón”, confiesa, “me ven como una persona que tiene la verdad absoluta de todo y no es así. Hay gente que me ve como lo peor del mundo y le enoja que una persona como yo, ´india savaje´, tenga un montón de seguidores y esté haciendo contenido”.
A sus 19 años, Nia, quien próximamente asistirá a la Universidad de Northwestern como estudiante de Ciencias Políticas y Física, no se amilana frente a quienes aseguran que los jóvenes creen saber mucho, pero han vivido poco. Por el contrario, acepta que la idea de haber vivido poco es parte de la definición de la juventud, la cual encuentra ventajosa al no tener interiorizadas las bases que sostienen un sistema que considera dominante y opresor.
“Lo que noto de esta generación es que hay muchos jóvenes que están esforzándose un montón por generar un cambio social en todo el mundo. No creo que seamos frágiles. Hay gente que es frágil, porque vivió vidas muy privilegiadas y generaciones muy privilegiadas que carecen un poco de este doble contenido que tenemos muches de sentir ese dolor. Para mí el dolor muchas veces nos impulsa hacer un montón de cosas y es verdad que hay gente que no se interesa mucho por estas y mira más hacia su individualismo, pero para mí es una generación en donde muchas personas están generando cambio. Los tiempos nuevos están generando cambios y que haya muchísimos líderes de nuestra edad dice un montón para mí”.
NI ELLA NI ÉL
Bajo sus propias palabras, Nia nunca se sintió “ni de un lado ni del otro”. Cuenta que cuando conoció el lenguaje inclusivo encontró las palabras adecuadas para referirse a sí mismx. Ser parte de la comunidad LGBT como siendo una persona no binarie, nos comenta, es –muchas veces- encontrar poco reconocimiento y respeto a su identidad por parte de gays, lesbianas, bisexuales, trans y queers.
“Creo que lo que nos hace falta como sociedad es alejarnos de las ideas binarias como si el género fueran dos cajitas a la que uno tiene que entrar. Es una expresión humana con un montón de cosas y por ende se espera que sea tan compleja. Es una cuestión de respetar la identidad ajena. Que yo me llame binaria a ti no te cambia en absolutamente nada, solo que tienes que llamarme con un pronombre neutro, nada más”.
Lo andrógino no es propio de la apariencia de Nia, y es lo que, erróneamente, muchas personas resaltan cuando se presenta como no binarie, incluso dentro de la comunidad LGBTIQ+. Además de esta, Nia ha identificado otras formas de discriminación dentro del colectivo:
“Hay un montón de discriminación en la comunidad LGTB, que viene de muchísimos ámbitos. Hay bastante fetichismo y también hay un rechazo porque siempre las parejas tienen que ser blanques con blanques, o las personas que son bisexuales u homosexuales blanques no quieren salir con personas de color o solamente las utilizan como objeto o un fetiche. Eso me parece muy deshumanizante y eso es lo que nos afectó y afecta muchísimo a un montón de compañeres”.
Pese a los obstáculos que este grupo tiene que superar, Nia encuentra en la comunidad LGBTIQ+ un lugar seguro frente al odio que gran parte de la sociedad les lanza. “Vives en una sociedad que probablemente te va atacar, entonces tener a una comunidad a la cual recurrir, en la cual te puedes expresar sin miedos, en la cual puedes estar con tu pareja sin miedo, puedes decir que te llamen con tus pronombres sin miedo, te resguarda un montón emocionalmente”.
Alberga el sueño de abolir el racismo, y aunque sabe que esto no sucederá en el tiempo en el que ella estará en este mundo, le encantaría presenciarlo. Su nueva vida como futura astrónoma y politóloga está dedicada a ello. Cambridge u Oxford son su destino de acá a unos años, junto con volver al Perú para activar más los movimientos sociales.
Nia Huaytalla, un personaje DE PORTADA.
EL SLAM PRIDE
Famosx que haya sido tu primer crush
Naya Rivera haciendo de Santana en Glee
Himno gay favorito
Born This Way
Película LGBTIQ+ favorita
The Half of It de Alice Wu
Ícono LGBTIQ+ favorito
Quintessa Swindell
Color favorito de la bandera no binaria
Amarillo
“Me siento orgullosx de ser de género no binario por…”
Porque así puedo mostrarme y reconocerme por quién soy en realidad.