Madre y actriz. Dos roles que una mujer ha encarnado por años con pasión y distinción. Yvonne Frayssinet, una de las mejores actrices del país, conversó con DE PORTADA sobre su carrera y la maternidad.

Ingresó al mundo de la actuación a los 22 años, cuando este arte que la atrapó y nunca más la dejó ir. “Todo fue de casualidad. Tenía mucha energía y trabajaba en oficina, pero sentía que eso no era para mí. Un día sentí que la actuación me llamaba y ahí empezó todo. Me metí al Club de Teatro y nunca más salí de ahí”.

Más de 45 años de trayectoria la respaldan, y a pesar de que no es sencillo permanecer vigente dedicándose a una carrera donde, al igual que los aplausos, las oportunidades pueden ser efímeras, su talento y perseverancia la convirtieron en una de las actrices más icónicas del teatro y la televisión peruana. Ha actuado en obras como La Sentencia en 1975, El hombre de la Mancha en 1979, Clase Maestra como María Callas en 2004, Toc Toc en 2018, Pantaleón y las visitadoras 2019, entre otras obras emblemáticas.“Siempre he sido disciplinada, he acatado lo que me han pedido y aconsejado. He aprendido de mucha gente. Son muchos años de sacrificio, saben que voy a dar lo mejor de mí y eso hace vigente a un actor”.

Ser mamá ha sido lo más increíble que le sucedió en la vida, y con la llegada de la maternidad, no solo comprendió lo demandante de este papel, sino también a la mujer que la trajo al mundo. “Ser mamá en esta era me parece ser audaz, no saber a qué mundo estamos trayendo a nuestros hijos. Es la ley de la vida. Las madres viven para nosotros, son sacrificadas y maravillosas. Mi madre era un ser humano maravilloso y la entiendo ahora más que nunca“.

Yvonne reconoce que fue complicado criar a su hija y continuar su carrera como actriz, pero que, a pesar de ello, hizo un buen trabajo. “Hubiera querido estar todo el tiempo pendiente de ella [su hija], estar todo el día a su lado, pero me toco trabajar mucho en esa época. Felizmente, entre su padre y yo le hemos dado una buena educación”.

Sus actuaciones en recientes producciones de la pantalla chica la han acercado mucho más al público peruano. Recibe con total gratitud el cariño que este le ha mostrado en los últimos años. Sin embargo, señala que las sensaciones al estar frente a cámaras y sobre un escenario son muy distintas. “Yo actúo en televisión para mis compañeros y el equipo de producción, y en teatro para mis compañeros y el público. Es satisfactorio para un actor ampliar su registro actoral. Pasar de un personaje a otro a otro y que te crean la interpretación es una sensación increíble”.

Toda la experiencia que ha adquirido a lo largo de los años la llevó a crear Teatro Estudio Yvonne Frayssinet, una escuela que ofrece talleres de teatro, coreografía y canto de la mano de grandes profesionales. “La gente joven necesita que una persona experimentada les muestre este camino”, comenta. Un próximo proyecto que tiene en mente es escribir un libro de cuentos sobre personas cercanas a ella, que considera la gente debería conocer.

Yvonne vive enamorada de su compañero de vida, Marcelo Oxenford, con quien comparte el amor por el arte que los unió. “Es complicado mantener una relación por tantos años, siempre debes querer que le pase lo mejor a la otra persona y si es reciproco estás ganando. Ser compañeros, cómplices, amantes, eso es lo más importante. Si no hay eso, no hay nada”.

Con casi todas sus metas personales cumplidas, Yvonne planea continuar interpretando los roles más importantes de su vida, uno en los escenarios y pantallas, y el otro en la familia.