Muy al estilo de los 70, sus diseños e incluso su forma de ser, giran en torno a lo fresco y natural. Giancarlo Vasallo nos cuenta sobre su marca, sobre lo que es la moda para él y su camino en ella.
Este joven diseñador peruano siempre supo que su vida tendría que ver con el arte y poco a poco se dio cuenta que su camino era la moda. Tenía miedo porque no era una carrera muy común para un hombre, pero obtuvo la seguridad. “Era una carrera relativamente nueva, tenía miedo de no ser bueno”. Nos cuenta que con el tiempo sintió que la moda era una forma de expresión, es uno de los canales de arte donde se puede plasmar ideas, conceptos de forma visual de una manera sutil.
Estudió en Modart y consiguió bastantes contactos, gente más involucrada en la industria de la que aprendió mucho, y pudo hacer las prácticas de la mejor manera con Noe Bernacelli, hasta pudo conocer a Gerardo Privat. Incluso cometió ciertos errores como aprendiz y que ahora son pequeñas anécdotas de las que brotan risas “Modart nos consiguió entrar al backstage para un lifweek, y nos dieron una especificación de cómo cambiar a las modelos y yo hice todo al revés, puse las medias como guantes. Y menos mal que había alguien que supervisaba y me indico que la estaba fregando, pero tenía 18 años y era mi primera vez en un evento de esa categoría”
Giancarlo creó su marca Vagrant que ha ido evolucionando para mejor. Detalla que cuando volvió de viaje vino con una estética muy marcada y realmente no funcionaba con lo que la mujer peruana quería ponerse. Así que poco a poco fue aprendiendo y llegó a un punto en que la mayoría de sus diseños se venden bien. Además, su marca tiene un valor agregado que es el trabajo con algodón pima y las telas camiseras. Esos toques llevaron a sus prendas femeninas a salir de lo común porque considera que la ropa debe ser cómoda, fina al tacto y que pueda durar, porque de esa manera les da calidad.
Las ideas que mañana o más tarde terminan siendo un gran diseño son inspiraciones que Vasallo recoge en corrientes artísticas, le gusta el surrealismo, la arquitectura brutalista y en su última colección se inspiró en Reynaldo Lusa (diseñador peruano).
Por un lado, nos asegura que hace un tiempo la gente de Perú era más cuadriculada en la forma de vestirse, antes todas llevaban estilos muy estereotipados, en cambio ahora la gente tiene menos miedo de lucir distinto al resto y no tienen miedo de experimentar.
“La gente de Perú está creyendo en el potencial de los diseñadores peruanos, pero antes solo compraban marcas de afuera porque creían que era mejor”. Por otro lado, para él ahora los diseñadores peruanos tienen propuestas más innovadoras, cosas más interesantes y materiales como fibra de llama o vicuña que envidian otros diseñadores de afuera, por eso los peruanos tienen más oportunidades para exhibir su talento. Y Giancarlo es un claro ejemplo de eso, ya que dentro de poco se irá a México llevando su marca y dejando un granito de ella.
Definitivamente, es gratificante para él cuando ve las fotos de su colección listas y todo ha salido como quería. Por otro lado, también cuando le dicen “oye que linda tu ropa” también se siente satisfecho porque ven el esfuerzo que le dedica. Él está logrando cada cosa que se propone porque considera que más que nada uno debe ser fiel a sí mismo, porque si uno tiene una visión clara de lo que desea debe seguirla, y a veces se deben guiar de la opinión del resto mientras sean constructivas porque siempre es bueno tener segundas opiniones.
Algunas de sus prendas están bien posicionadas en lugares específicos, por eso uno de sus proyectos, a corto y largo plazo, es llevar su marca a distintos países de Latino América, su objetivo más especial es llegar a Colombia que, aunque es un mercado difícil, sabe que será interesante llegar a lograrlo.