Amante del deporte, la comedia y sobretodo del teatro. Franco Cabrera es un extrovertido y apasionado, que nació con el don de entretener y que tiene como premisa infundir ánimos a los demás. “Lo que siempre está en mi cabeza es: Levántale los ánimos a las personas que están del otro lado».

Su abuela, su madre y hermana, nutrieron a Franco con cultura y educación, piezas claves en su crecimiento personal y profesional, y el desarrollo de su talento. “Nunca me he sentido bloqueado con cosas como «no hagas eso en público», por el contrario, mis papás me pedían que me pare al centro y haga mis payasadas para los invitados y mi hermana fue la perfecta cómplice para ello”.Ya llegada su juventud, decidió probar suerte con distintos deportes para encontrar algo que lo apasione, tales como el fútbol, basquet, tenis de mesa, baseball, entre otros; sin embargo, esta búsqueda culminó cuando descubrió que podía estudiar lo que le gustaba en la universidad: artes escénicas.

“A partir de ahí, me desligué de toda distracción y empecé a prepararme. La única manera en que yo pudiera ejercer la actuación era si es que buscaba ser el mejor. Esa fue la única condición que me pusieron en mi casa”.

Con el pasar de los años y habiendo destacado por su participación en algunas serie, películas y programas televisivos, el actor ha ido descubriendo lo importante que es perder el miedo a hacer el ridículo, un temor que no era algo positivo para su carrera ni para su día a día. Pese a todo, el atravesar dichas situaciones le iba creando una sensación de amor propio inconmensurable que le permitía ser él mismo.

“Todo el tiempo pienso en que las personas se tienen que divertir. Me gustaría que cuando yo ya no esté físicamente en el mundo, la gente se siga riendo con algunas cosas que hice y quedaron registradas, y que cuando las vea alguien que pasa un mal momento, de alguna manera se sienta aliviada”.

La crisis sanitaria a abierto un nuevo capítulo en la historia del país, poniendo en stand by muchas actividades laborales, artísticas y cultural. No obstante, la oportunidad de generar un cambio positivo en las personas no se ha obstaculizado para Franco.

“Quisiera que la empatía de la gente creciera. Que se distribuyera de manera más equitativa la riqueza mundial. Me encantaría que las personas valoraran más lo que tienen por pequeño que sea y que se sostenga el trato con la naturaleza que sin querer estamos teniendo hoy”.