Más allá de lo estético, lo bonito y lo “instagrameable” está lo sensorial. ¿Qué sientes cuando pruebas algún plato? ¿Qué sabores reconoces? ¿Qué insumos crees que se ha utilizado? Todo eso forma la experiencia que vives dentro de cada ruta gastronómica pues, al fin y al cabo, ese es el recuerdo que te llevas de los restaurantes que visitas.

El restaurante máster de Le Cordon Bleu ofrece una experiencia sensorial que pocas veces he experimentado. El concepto de presentar una carta fácil de entender, innovando con diferentes insumos peruanos se ha ido perfeccionando a lo largo de los años. Wallqa destaca platos costeños, selváticos y andinos que permiten a cada comensal probar y reconocer los sabores que ofrece la carta. “Wallqa” significa insignia o medalla y proviene del quechua y refiere a los distintivos que lucían los personajes más importantes del Tahuantinsuyo. Por ello, la cocina de Le Cordon Bleu presenta los platos insignia del Perú con un toque característico e innovador que te deja queriendo más.

Los platos que probé me dejaron sorprendida positivamente: Comencé con el Tiradito Amazónico, que como el nombre lo proclama, los insumos como el sacha culantro, sacha tomate, tumbo, cocina y ají charapita fueron definitivamente los protagonistas del plato; el Lomo Saltado con un término de cocción perfecto que lograba un equilibrio entre el sabor y la suavidad; Tortellinis de zapallo loche y asado, la mezcla del asado con el zapallo, algo nuevo para mi, le añadió textura al plato. Finalmente, mi favorito de la noche, el Tartare de Lomo, una fiesta para cualquiera que lo pruebe: lomo con mostaza, que le aporta el ácido exacto; balsámico reducido, le ofrece el toque dulce y la yema a baja temperatura, que neutraliza todos los demás sabores, logrando que un plato complejo, sea delicioso y fácil de entender. El premio a todos los platos anteriores, fue el Postre Saludable: sorbet, helado sin productos grasos, granola y jugo de piña.

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