Las culturas antiguas se valían del registro del aroma para obtener información del enemigo. Cleopatra conseguía lo que quería mediante su belleza y el poder de su perfume. En Lima, Andreas Skevoulis se sumerge en el proceso creativo y se conecta con las historias, sensaciones, personalidades y hasta memorias de quienes buscan encontrar su propio perfume. Un match intuitivo que amarás, al igual que esta historia.

Frente a la costa noroeste de Grecia y en el mar Jónico está la isla de Corfú, donde el olor a gardenias es llevado en el viento, y una mezcla de jazmín da el toque armónico proveniente de un jardín particular. Es el jardín de la abuela que lleva consigo olores del recuerdo y que marcarán a nuestro protagonista para siempre. Andreas Mijael Skevoulis nació en Grecia, es diseñador de interiores, modelo y ahora también el fundador y creativo de Nectarion Parfum, marca con más de un año preparando perfumes personalizados a base de aceites esenciales y naturales.

En el 2016, nació la idea. Andreas no tenía claro cómo ejecutarla, pero estaba seguro que quería brindar un servicio de perfumería personalizada. “Siempre me interesó conectarme con una persona desconocida y entrar en su mundo. Es algo muy one to one”. El proceso implica mucha energía de por medio, desde que los clientes abren sus almas y recuerdos, se muestran tal cuales, sueltan cosas íntimas y dan total acceso a su mundo. Es ahí donde ocurre la magia hecha perfume de manera inconsciente.

¡Él y sus demonios! Skevoulis sabe de los suyos. Los tiene clasificados entre buenos y malos. Expande en los positivos y trabaja en los negativos, pero es sobre todo humano en reconocerlo. Producto de esa búsqueda de auto-reconocimiento, nace Pandemonio, su propio perfume. Una mezcla de todos los demonios de sus clientes para llevarlos en su piel. “Fue un experimento. Guardé todas las muestras finales de mis clientes en un frasco hasta que se llenó. Luego cogió un color saturado que huele a todos los perfumes y los demonios de mis clientes” cuenta emocionado.

El fundador de Nectarion es consciente de la competencia de perfumerías y marcas que se dirigen a este segmento, con productos a menos precio, calidades y hasta de fácil acceso por los puntos de venta. Pero nada lo desalienta, pues su propuesta es única, como todas las personalidades. “Al tener un perfume propio, puedes aperturar ciclos y cerrar otros. Es también darte una oportunidad de vida”. ¿El futuro? Seguir experimentando y ampliando la categoría. Para Andreas, un perfume es más que solo un olor, es un sello, una característica y un elemento importante para ser recordado. Mientras sigue explorando el terreno de las sensaciones y experimentando con lo que más le gusta, nos preguntamos, ¿Con qué nos sorprenderá ahora? No lo sabemos por el momento, pero estamos seguros que olerá a dioses griegos.