En las playas calurosas (y a veces nubladas) del litoral peruano, una pequeña Andrea recogía conchitas para hacerse collares y pulseras auténticas. Casi 25 años después, creó Casa Collab. Manteniendo la esencia de cuidar lo que la naturaleza proveía, ahora experta en las técnicas de joyería, la ya no tan pequeña Andrea tiene las cosas claras: El impacto positivo que pueden traer las joyas a la vida del artesano orfebre peruano, y el uso responsable de los recursos del planeta generando conciencia y compromiso, son parte de un todo. La sostenibilidad.
“Las joyas desde siglos anteriores, han sido un símbolo de distinción, tanto entre tribus, etnias, comunidades y mandos de poder. Las joyas que trabajamos en Casa Collab permiten que los usuarios se sientan confiados con lo que llevan, porque las piezas van más allá del diseño o el componente estético. Son joyas que han sido hechas de manera única por artesanos, que apoyaron a comunidades mineras, cuyos procesos se han hecho cuidando el planeta y sus recursos. El hecho de saber que uno es un consumidor consciente y transparente, hace que uno se sienta más empoderado”
Casa Collab surge con la idea de unificar dos conceptos, uno de ellos la colaboración y el otro, un espacio donde uno se sienta cómodo para crear, como en casa. Es una organización que funciona con el certificado de Empresa B, esto quiere decir que opera bajo estándares sociales, ambientales y de transparencia. Toma decisiones no solo considerando intereses financieros sino también otros a largo plazo como la comunidad, colaboradores y medio ambiente. Actualmente, es la única en el rubro de joyería en tener el triple impacto en Sudamérica. Andrea tiene un mensaje para todos los que quieran emprender en cualquier negocio:
Lo principal de un emprendedor es el propósito: ¿por qué quiero emprender?, ¿cuál es el propósito en mi vida?, ¿éste emprendimiento se alinea a mi propósito de vida? ¿Estoy dispuesto a dar todo y más por mi emprendimiento? Ser emprendedor es una misión especial y muy retadora, que demanda muchísimo esfuerzo y trabajo. Ese propósito es el que cada día fortalecerá nuestra visión y motivación para hacer que el negocio avance en el camino correcto. En el rubro de la moda, la belleza es lo primero y luego el propósito. Nos motiva crear cosas bellas pero, ¿por qué lo hacemos?, ¿cuál es el problema, qué buscamos resolver? Si buscamos un negocio sólido, debemos hacerlo sólido desde adentro.
Con ganas de formarse constantemente, Andrea siempre está dispuesta a explorar nuevas rutas. Le encanta viaja por el Perú, ser parte de una comunidad y adoptar sus técnicas. Le gusta leer e informarse. Con fe y sin miedo, sigue superando metas que se puso hace diez años, cuando ingresó a la universidad. Y su trayectoria personal se resume en las ganas de devolverle al planeta todo lo que le ha dado, como cuando las olas traían esas conchitas a sus pies de niña.