¿Qué hace un ingeniero industrial y acérrimo hincha de la selección peruana siendo comediante casi las 24 horas del día? Es algo que Mateo Garrido Lecca no comprende ni esperaba hacer, pero se dedica a trabajar en lo que lo hace feliz. Esa chispa e ingenio para hacer reír a los demás la tuvo desde sus primeros años de vida, según sus abuelos; sin embargo, el conductor de WakeApp recién fue consciente de ello en sus primeros ciclos de universidad.

Fue por un video de Youtube que conoce lo que es el Stand Up Comedy y a sus representantes limeños, quienes allá por 2011 se unirían para presentar El Club de La Comedia, una propuesta escénica donde monólogos grupales variaban cada semana, hacían reír a los espectadores y tenía fascinado a Mateo a tal punto que asistió a casi todas las funciones de las temporadas que lanzaban. “Me hacía reír mucho. Me encanta cuando te ríes y te duelen los abdominales; me gusta sostener ese momento y jalarlo y reírme más y más y más. Siempre he sido una persona alegre”.

Es en una de las funciones cuando hacen subir a Mateo al escenario y tiene su primera experiencia haciendo Stand Up. Desde entonces el querer hacer reír al resto fue algo que lo persiguió durante los siguientes ciclos de la universidad y hasta después de graduado, cuando la vida confabuló con el destino para dejarlo sin empleo y decidió dedicarse al humor, pidiéndole un año de gracia y sin juzgamientos a su padre.

“Durante un año chambeaba de 9 de la mañana a 6 de la tarde como ingeniero para mi papá, de 6 de la tarde a 8 de la noche en una radio – gratis – , y de 8 a 10 hacía shows sin cobrar. Llegaba a mi casa, editaba los videos, los subía a la 1 de la mañana, y al día siguiente hacía lo mismo”. Este fue el reto que durante 12 meses Mateo asumió y superó. Gracias a la empatía y cercanía que transmitía en sus videos de Instagram, se hizo popular y llegó a tener 40 mil seguidores, lo que para él era igual a llenar todo el Estadio Nacional. Con este respaldo y 5 años haciendo unipersonales de manera semi profesional, tuvo la confianza para lanzar el suyo: Selfie; con el cual llegó a vender 800 entradas en su primera función. Sold Out. “Ese día renuncié a la ingeniería”, dice.

Después de esto vinieron grandes oportunidades para Mateo, quien hoy por hoy se codea en escenarios con los comediantes que admiró desde que se inició en el mundo de la comedia, conduce un programa de radio y se encuentra en medio de las grabaciones de lo que será su segunda película. Sin embargo, a pesar de todo este éxito, ser conocido no es algo que le quite el sueño.

“Me encantaría que mi chamba no implique fama. No quiero estar en la tele. No me interesa ser más conocido. Yo quiero desarrollarme en el humor, no necesito ser famoso”, nos confiesa. Mateo quiere escribir humor para otros, pero es consciente de que para ello hacen falta los conocimientos y la experiencia, así que tiene nuevos retos que afrontar.

STAND UP, PERÚ

Mateo se trae entre manos un proyecto ambicioso sobre el cual aún no quiere decir nada, pero por lo pronto nos cuenta que iniciará una gira nacional con Selfie, donde más allá de generar ingresos pretende llevar el stand up comedy a diferentes ciudades el país y abrir el camino para que este arte sea más conocido y aparezcan nuevos comediantes, mientras que los pioneros empiecen a diferenciarse y crear una movida con la cual la gente respete su trabajo.

LO PERSONAL DE @MATEOGLG

“Vivo agradecido con lo que me toca, vivo chambero con lo que me toca, no hay día en el que no descanse, no tengo fines de semana, mis fines de semana son para trabajar”.

De por sí es un tipo atrevido, desalineado, irreverente, fresco y feliz, pero fuera del estudio, de los escenarios y lejos de la cámara selfie del móvil existe un Mateo que algunas veces puede pasarla mal, renegar y tener bajones. El haber adoptado el humor como un estilo de vida lo ha llevado a sobrellevar todas estas situaciones y querer transmitir ese mensaje a través de lo que hace.

“Para cada momento o bache que ha habido en mi vida, mi manera de solucionarlo ha sido con humor. Es como un mecanismo de defensa. Tienes dos formas de llevar las cosas malas: o con humor o con llanto, y con ambos caminos vas a sobrellevar el obstáculo, pero ningún ser humano odia reírse. Yo disfruto sobrellevar un problema con humor”.

Ha encontrado un equilibrio en su vida donde es feliz sin ser indiferente a la cruda realidad de la fama, la cual, de hecho, conoce y acepta. “[Mi carrera] es una bien loca porque disfruto reírme y hacer reír; ingrata porque en un momento la gente te quiere y en otro no, y solitaria porque al final del día estamos solos en este camino tratando de crecer cada uno por su cuenta”.

Que cuente un chiste es lo que más le pide la gente – para lo cual es muy malo – y preguntar cómo está es lo que menos hacen. “Es una pregunta que refleja que realmente a la gente no le importas como persona, le importa que seas entretenimiento para ellos, que los hagas reír, que los hagas disfrutar. Es la parte superficial de ser conocido”.
¿Y cómo estás, Mateo? “Avanzando”.

El humor de Mateo Garrido Lecca no tiene víctima ni ataca a nadie, y es por ello que la gente lo sigue y lo quiere, pues nos ha enseñado que la vida parece ser más fácil y alegre cuando aprendemos a reírnos de nosotros mismos.