Poniendo orden en el clóset, recordó una bolsa llena de telas que compró en un viaje familiar hace años. Decidió llevarlas a una costurera para convertirlas en ropas de baño. Pensó que saldrían un par, pero calculó mal. ¡Salieron más de 30! ¿Qué hacer con más de dos docenas de ropas de baño de colores y con una onda europea? Pudo usar sus dotes de diseñador gráfico, crear un logo, abrir un fanpage en facebook y venderlas por internet. Así nació MCV, marca de ropa de baño para hombre por Mateo Cedrón, curioso por naturaleza y uno de los primeros en el diseño para chicos en el Perú.

Mateo nació en medio del arte. “Mis abuelas fueron mis influencias artísticas”, nos cuenta. Bisnieto de la primera mujer en dirigir la orquesta sinfónica del Perú y nieto de una mujer amante de la costura, quien marcó la pauta para desarrollar la curiosidad de Mateo desde niño y en casa. “Mi abuela por el lado de mi mamá cosía, tenía un cuarto grande donde reparaba la ropa de casa y hacía los vestidos de promo de mis hermanas. Siempre tuve acceso y me llamó la atención. Fue mi laboratorio”.

Mateo estudió Comunicaciones y Publicidad en una conocida universidad limeña, hasta que de pronto se abrió la carrera de Diseño y Gestión de Moda, no lo dudó e impulsado por su madre, fue el primer inscrito. Una carrera definitivamente hecha a su medida. “Mis papás siempre han dejado que yo haga lo que quiera en términos de estudios y trabajo”, nos cuenta agradecido.

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Pero el acercamiento del diseñador al mundo de la moda se dió de manera orgánica y experimental. Dedicaba tiempo visitando la tienda de Gerardo Privat para apreciar la producción, el detalle y encontró el match con su talento. Tiempo después se hizo amigo del mismísimo fundador y los lazos se hicieron más fuertes. “Empecé ayudando a Gerardo como amigos. A veces haciendo fotos y viendo el styling. De chico siempre fui curioso, miraba la ropa, daba de mi tiempo para acercarme a lo que me apasionaba”.

Mateo, es hora de hacerse realidad. Él ya la tenía clara, encontró en el mercado limeño un vacío y oportunidad para crear su primera y propia marca. Luego de la experiencia vendiendo ropas de baño por facebook y haciendo un showroom con solo dos visitantes, entre ellas Rafaella Camett, Mateo decide lanzar su primera colección con ayuda de amigos que le fueron trayendo telas del extranjero. Así, armó las piezas de un rompecabezas perfecto. MCV, una colección que satisfacía el gusto de todos los contrastes del público limeño, desde los más clásico a lo moderno. Toda una aventura intuitiva que llegó hasta la revista Somos, la cual le dedicó 3 páginas. Él, no lo podía creer.

“MCV es una marca para hombre. Quiero que el hombre se identifique. No quiero que la novia me busque como la opción de regalo”. dice Mateo, quien ve como futuro hacer de MCV no solo una marca de ropa de baño, si no evolucionar a ser una de ropa para playa, donde los hombres tengan opciones y usen su marca en todas sus facetas y momentos. Mateo tiene claro que Lima no tiene el sol de Copacabana, pero que es una ciudad costera que permite el nacimiento de más marcas con propuestas para disfrutar de sus playas. Tiempo de aprovechar nuestro mar y todo lo que sucede a su alrededor.