Una terraza moderna, verde y con una cava muy interesante; Un salón cálido, elegante y una mezcla de luces tenues y la luz natural de un jueves de invierno en Lima. Así nos recibió Osteria Convivium en nuestra visita para conocer el menú de Lima Restaurant Week, la semana más rica del año que busca democratizar la alta gastronomía peruana. Son más de 200 propuestas gastronómicas en 25 restaurantes. La experiencia va del 21 de mayo al 2 de junio; incluye entrada, fondo y postre desde S/59 reservando online. Esta edición, inspirada en la cocina popular, donará un porcentaje de sus ingresos a TECHO Perú.

Para esta edición visitamos por primera vez Osteria Convivium, un restaurante de comida ítalo-americana con una propuesta muy llamativa en la zona empresarial de San Isidro. Al entrar te encuentras con una terraza donde predomina el mármol, los colores fríos y las numerosas plantas que te acompañan en el camino hacia el salón principal. 

Ya instalados, hojeamos la carta menú del LRW, nos decidimos por un Carpaccio di Zucchine con queso de cabra, pecorino romano (la versión mejorada del parmesano) y brotes, junto con el Arancini di capra e melanzane; Croquetas de risotto rellenas de queso de cabra ahumado, mozzarella, berenjena y de dip, pomodoro. Ambos platos estuvieron impecables, resaltando el carpaccio que me dio una grata sorpresa, nada que envidiarle al carpaccio de lomo, de salmón o cualquier animal, una vez más las verduras sorprendiéndome.

Entusiasmados por ver lo que seguía, pedimos Spaghetti aglio olio e peperoncino con ajo, aceite de oliva y peperoncino; una opción más simple, pero con un sabor muy particular: ligeramente picante y con el ajo como el máximo protagonista. Además, probamos el Gnocchi alla Sorrentina: gnocchis de papa, tomate, mozzarella y albahaca; este fue, entre los dos, mi favorito. Sabores variados, pero bien balanceados, los gnocchis suaves, el tomate casi en su estado más puro y la mozzarella en cubos que se iba derritiendo poco a poco con la misma temperatura del plato.

Finalmente llegó, como nos bromeaba el chico que nos atendió, la mejor parte del almuerzo: el postre. En cualquier experiencia gastronómica, siempre elijo el plato más complejo que leo y me reto a mí misma a entender, saborear y conocer. Mi elección fue Panna Cotta al Caramello, el clásico postre italiano en base a crema de leche cocida al horno, plátano flameado con caramelo y cacao tostado con una presencia casi imperceptible, pero no prescindible, de sal de maras. El plato era un arte, y no solo me refiero a la presentación, las texturas que presentaron fueron increíbles. El tostado del cacao que le daba una presencia dulce y amarga se entrelazaba con la suavidad que caracteriza a la panna cotta (casi como un flan), el toque completamente dulce fue el plátano flameado que, aunque también fue suave, se comportaba imponente frente al resto de insumos.

Osteria Convivium nos dejó una excelente experiencia y una atención que debo resaltar, quien nos atendió y todo el equipo estuvieron dispuestos a ayudarnos, conversarnos, guiarnos y hasta hacernos reír. Para un restaurante debe ser igual de importante tener buenos insumos, una buena carta, un buen ambiente y una excepcional atención.