Todos tenemos un plan de vida. Aquello que sentimos en el alma. Aquello para lo que nacemos. Un dharma. El de Cristina Pinzás se define en: “el servicio a los demás”. A ella le basta ver una sonrisa en su paciente, para sentir felicidad propia.
“Soy feliz, cada vez que mis pacientes me escriben para comentarme que tienen mejoras en sus vidas”
Desde pequeña, creció rodeada de familiares que creen 100% en lo espiritual. Curiosa por naturaleza, encontró en la biblioteca personal de su madre, un refugio para su pasión por la lectura. Libros de metafísica, autoayuda y espiritualidad eran algunos de sus favoritos.
Sin embargo, había algo que aquejaba a Cristina: Su baja autoestima. Cuando era adolescente, ansiaba convertirse en modelo para aceptarse a sí misma. A los 16 años, la contactaron de una agencia de modelaje. Su sueño se cumplió; Sin embargo, nada cambió: “Cuando empecé a modelar, igual sentía un vacío dentro y muchas inseguridades”.
Con el tiempo, Cristina no dejó que sus miedos la limitaran y entendió que la única solución era la sanación interna: “Entendí que si no sanas por dentro, así seas modelo de Victoria Secret, igual vas a sentir miedo e inseguridades”.
Volvió en sí misma y decidió que aquello que vibraba en su interior era su meta de vida. Dejó la carrera de Publicidad, para estudiar Psicología. Algo que siempre le gustó. Confiesa que, desde siempre, lo sintió dentro suyo.
“Yo creo que, interiormente, siempre fui una guía. Siempre fui una persona a la que las personas pedían consejos. Las personas siempre querían escuchar mi opinión respecto a diferentes temas. Pero recuerdo que el día que dije “Yo nací para el servicio”, fue en cuarto de media. Cuando una amiga del colegio me comentó que estaba leyendo, el Poder del Ahora, de Eckhart Tolle”
Ahí, inició, oficialmente, su aventura holística. Se convirtió en una healer; Una sanadora que ayuda a las personas a resolver traumas del pasado. Cree que la única forma de superar la tristeza es atravesándola, llorando y sanando. Por ello, recomienda no evadir los sentimientos. “Si estás con tristeza, necesito que sientas ese dolor”.
En su consultorio, se dedica a brindar terapias convencionales que complementa con sesiones de medicina cuántica. En sus tiempos libres, si no está leyendo un nuevo libro, se encuentra viajando y nutriéndose espiritualmente. De todos sus viajes, Hawái fue la mejor experiencia que tuvo. “Qué lugar para más impresionante. No solo por las playas, si no por las personas y la vibración de la isla”, comenta. En Hawái tuvo la oportunidad de aprender Ho’oponopono, la conversación con tu niño interior. Técnica que recomienda siempre.
No cree en las coincidencias, ni tampoco en el mal ni el bien. Procura no contar sus planes, porque cree que se pueden salar. Usa sus redes sociales para recomendar libros que brinden paz interior. Interactúa con sus seguidores y se muestra tal como es: transparente.
En un mundo donde se vive de caretas y falsedades, donde se quiere llenar expectativas, Cristina pretende abrirse paso, para irradiar su luz interior, para poder crear un cambio en el mundo.