Diego Val lleva el talento en la sangre. Creció rodeado de arte, con un tatarabuelo poeta y un padre que solía ser productor musical. Tenía 14 años cuando le obsequiaron su primera guitarra y casi de inmediato se convirtió en su mejor amiga. 

En 2012, pasó la audición a ciegas del conocido concurso de canto “The Voice”, que por ese entonces tenía como jurados a Adam Levine, Christina Aguilera, Blake Shelton y Cee Lo Green; siendo este último al que escogió como su coach. Diego quedó dentro de las mejores 20 voces de aquella temporada y asegura que fue una experiencia enriquecedora de la que aprendió mucho, y con la que reafirmó su amor y pasión por la música. “Me dio mucho aprendizaje y me ayudo conocer nuevas facetas mías que no sabía que existían”.

Luego de esta etapa, Diego fue a Los Ángeles, donde trabajó con el reconocido productor y compositor George Pajon Jr. en la producción de lo que se suponía sería su primer disco: «Sons of Mariel»; sin embargo, dejó el proyecto en stand by para regresar a Latinoamérica a probar otros caminos.“Fueron dos años de mucho aprendizaje en California, se terminó de grabar el álbum y no descarto la idea de presentarlo algún día”, nos cuenta.

Con el paso del tiempo la vida le fue abriendo diversas puertas y oportunidades para la música, pero la actuación llegó para brindarle más aprendizajes y demostrarle que podía ser lo que se conoce como un artista completo. Desde muy pequeño había participado en castings para comerciales y algunos programas de televisión. Era una industria que le llamaba mucho la atención.

“México fue una gran oportunidad porque entré en una meca actoral en la que pude aprender mucho y en la que hasta el día de hoy sigo incursionando, creciendo y aprendiendo más del arte de la actuación”. En su regreso al Perú con la experiencia adquirida, Diego obtuvo un papel significativo en la producción nacional “La Tayson”. Esto lo ayudó a hacerse un espacio en la industria artística peruana.

Diego ha sido telonero de artistas como Juanes y Maluma, además, ha colaborado con artistas como Belinda y Chino & Nacho. “Lo más bonito es el momento de fusionar arte y esencia para convertirlo en uno. Aprendes mucho de esa persona con la que estás trabajando”. También ha formado parte de algunos realities shows como “Amor a prueba” y “Retofamosos”, fue un periodo en su vida que le permitió adquirir nuevas experiencias y amistades. Visitó nuevos países y pudo dar a conocer su música. “Yo nunca digo nunca”. Su consigna.

“Turista” es el nombre de su primer EP. Fue producido en México, y a pesar de que llevaba algunos años en la industria musical, no fue hasta entonces, con 28 años que decide lanzar al mercado un disco en solitario.

En 2017 lanzó su sencillo “ONCE” en colaboración con Gregory Trejo y Renzo Bravo, quienes tocaban en el festival Road To Ultra. Dicha experiencia llevó a Diego a explorar el mundo de la música electrónica. El video musical del single fue el más trabajado y mejor producido de su primer EP. “[Me sentí] muy contento de poder haber logrado esa colaboración y esa fusión de sonidos que considero que es un sello mío”, confiesa.

Diego Val es el primer artista peruano en su género musical en firmar con un sello discográfico estadounidense, y es un gran logro que le genera felicidad, pero el que no le ha hecho dejar de tener los pies sobre la tierra. Ahí radica uno de sus valores más resaltantes: la humildad. Es fiel creyente de las oportunidades y  consciente de que a él las supo aprovechar.

“Timesless” es su más reciente producción musical. Su evolución como artista y como persona han ido de la mano con el desarrollo de este proyecto. Este nuevo trabajo discográfico habla de los últimos cuatro o cinco años en su vida y no puede sentirse más orgulloso de la esencia y de todo lo que hay detrás de este álbum.

“Timeless es música para siempre, música donde no existe el género, ni el momento, ni el tiempo, sino que es música que puedes escuchar hoy o en 15 años, siempre mantendrá su esencia”, es el concepto personal que Diego le da a su nuevo álbum, quien considera más importante pensar en una canción a futuro que en lo que puede generar en el momento.