Michelle Peschiutta es de las personas que desprende alegría desde el primer instante que llega a un lugar. Es por eso que sus amigos la consideran extrovertida con dosis de lealtad. A la vez, Michelle se auto define como: cariñosa, sensible, solidaria y sobre todo sincera.

La joven limeña de diecinueve años exploró por el periodo de un año la carrera de Arquitectura y se dio cuenta que las maquetas no eran lo suyo. Actualmente, estudia Administración y Marketing en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, UPC. Ella es de los espíritus creativos a los que le mueven hacer diversas actividades e intentar nuevas cosas. Prefiere las actividades que son al aire libre como los deportes, que es su forma preferida de expulsar estrés, pero también gusta de bailar, pintar, escuchar música y en especial la cocina. “Siempre estoy inventando nuevas recetas y probando cosas nuevas”.

Su mantra personal es: en el cambio está la evolución. Ella concibe a los días como una pequeña pero significativa oportunidad de cambio. Una variación que le ayuda a escabullirse de la rutina que tanto nos acecha. “Pienso que la felicidad se basa en la suma de motivaciones y satisfacciones, lo cual es una ecuación complicada. Por eso, continuamente me fijo metas y por más pequeñas que estas sean, completada una me motiva a realizar la siguiente. Es un método que aplico en todos los aspectos de mi vida”.

Con la sinceridad que la representa, me cuenta sobre lo más preciado que tiene, su familia. Hoy por hoy vive con las mujeres de su vida, su mamá y sus dos hermanas, Nicole y Valentina de veinticuatro y siete años respectivamente. Pues, su papá radica en Venezuela y por parte de él tiene un pequeño hermano de siete años. Michelle me declara con emoción y ternura “Mi mamá es una mujer independiente, mi modelo a seguir y mi fuerza para seguir adelante; Nicole es mi complemento, una genia, ella es una mujer perseverante, para mi es perfecta y Valentina es la chiquitita de la casa siempre nos saca una sonrisa con sus ocurrencias. Ellas saben absolutamente todo de mí porque la base de mi familia es la confianza y el respeto”.

Teniendo a su familia como referente, Michelle tiene un sueño muy claro. “Quiero ser una mujer independiente, fuerte y poder compartir con los demás lo mejor de mí. Nunca olvidarme de ser feliz, esa es mi mejor receta”. Espera poder dedicarse siempre a lo que le gusta, que en su caso es la cocina. Gusto que adquirió al ver a sus abuelas y tías siempre en la cocina, cocinado de todo un poco. Si bien ella se inclina por lo salado, se le presentó la oportunidad de emprender un negocio enfocado a los postres. Al día de hoy, su mayor logro es Maison Francés. Un proyecto con su amiga y socia Ivana Morzan, que empezó el año pasado en un viaje a New York y que cobró vida hace dos meses. “Mi repostería empezó siendo solo cheesecakes pero ahora hemos agregado otros dulces y espero que cada día crezca más. Nosotras creemos que cada detalle es lo que cuenta ya que todo entra por los ojos”.

MIRA LA SESIÓN COMPLETA: