Mamá, no te imaginas cuánto te quiero. Sé que a menudo no te repito el inmenso amor que siento por ti. Hoy estoy intentando expresar un poco de lo que siento, te aseguro que no soy capaz de mostrar todo lo que siente mi corazón cuando te pienso.

Eres una mujer llena de virtudes, cualidades y coraje. Tan fuerte que puedes con todo lo antes de que algo se lleve por delante la felicidad de los que más quieres. Si la vida me diera elegir una mamá, te elegiría porque a pesar de los conflictos que han podido existir, en el camino hemos sabido sobresalir como familia.

Cuando era pequeña creía que eras una especie de superheroína, porque nada te ha derrumbado, al contrario, te he visto levantarte y ser más fuerte en cada caída. Hoy estoy plenamente convencida de que lo eres, mi superheroína.

Mamá, a pesar de tu gran trabajo matado, siempre has estado para mí. Nunca me has faltado, te has preocupado por verme cumpliendo mis sueños. Siempre has tenido las palabras correctas que decir para no me dé por vencida. Con tus palabras has sellado mis preocupaciones. A pesar que a diario no nos expresemos cariño con palabras, tú eres mi incondicional, y sé que yo lo soy para ti.

Lo repito seguido, si tuviera que dar la vida por ti, la daría porque eres lo más valioso que me ha tocado en mi vida.

Nunca te has dado por vencida. He visto a través de tus ojos las batallas del día a día, y de la vida, las que te tocan luchar, y nunca te han doblegado frente a ninguna. También sé que nunca lo harás porque tu valentía y tu coraje han servido para sacar adelante a nuestra familia.

Estoy segura de que te has hecho fuerte para que nada nos lastime, a nosotros, tus hijos, y lo sigues haciendo tratando de cuidarnos para que nadie nos hiera el corazón. Por ello, me he dado cuenta que soy tu reflejo, tengo ese coraje, esa fuerza para también defenderlos.

Gracias a ti hoy sé que mis logros me pertenecen, que mis sueños no tienen fecha de caducidad, y cuando más pequeña me he sentido, más fuerte me has hecho sentir al recordar todas las batallas que tú has pasado. Gracias por la paciencia a la hora de hacernos identificar nuestros errores, a pesar de ser tan necios. Te has cansado de seguir batallando contra mi inmadurez o con que todo lo creo saber.

Eres mi mayor privilegio, mi mayor regalo. Viviré agradecida por darme una de las grandes herencias que es mi carrera, por nunca obligarme a elegir, todo lo contrario te subiste a mi barco y eres el motor de este para lograrlo. Nunca me has cortado las alas para volar, sino me has dejado equivocarme para volverme fuerte.

Me has criado con nobleza, sin prejuicios ni estigmas sociales. Te mereces todo porque has entregado a la vida en encarnar uno de los papeles más importantes que tiene el ser humano. Es probable que no alcance a comprenderlo, pero hoy sé que por nosotros han sido tus desvelos.

Gracias por siempre estar conmigo, aguantar mis locuras, ocurrencias y por darme uno que otro gustito. Te amo mamá.