Un poco tímido, romántico y amante de la fotografía, este cantautor peruano se lanza con el género soul-pop en inglés para encantar con su voz.
“Para mí hacer música es la conexión que se genera con la gente, esa posibilidad de mostrarme vulnerable. De llevar al resto a otro nivel que no es tan fácil de conseguir”
Cuando era más chico podía estar en su casa y se encerraba a cantar donde solo se escuchaba el mismo, luego poco a poco fue cantando en eventos como matrimonios, desde música cristiana hasta géneros variados.
Como a cualquiera de nosotros el miedo también lo invade y por esa razón le costó bastante tomar la decisión de empezar su carrera musical. Ahora se encuentra con su nuevo disco “Apprentice”, compartió escenario con la actriz Gisela Ponce de León y le abrió un concierto a We the Lion. Además, constantemente va presentando sus canciones a un público que lo sigue y desea escuchar su melodiosa voz en vivo.
En una época donde el romanticismo y las letras de las canciones con sentido tal vez ya no son relevantes, Adrián apuesta por hacer soul- pop en Perú porque es fiel creyente de que si uno hace algo para sí mismo, que sea real y honesto con lo que uno trasmite, luego podrá crear un sentimiento en el otro.
“Qué importan las opiniones, si podríamos morirnos mañana y por culpa de eso no habríamos intentado lo que nos gusta hacer. ¡Siempre se debe intentar!, Si quieren hacer música háganlo, lo que les guste háganlo, porque los va a llenar. No es bueno estar buscando la aprobación”
Con un disco que gira en base a sus experiencias, algunas consigo mismo y otras que le han sucedido a personas cercanas a él. Un conjunto de canciones que van muy de la mano del amor, del sentimentalismo y dolor. Y como dice él: “No existe amor sin miedo”
“Apprentice” (aprendiz) es su primer proyecto, lo representa bastante y quería partir de un lugar del que pudiera absorber de todo musical y emocionalmente, fue todo un aprendizaje. Por eso, finalmente cuando llega el día de ponerle nombre al proyecto, ya tenía sentido, ya que fue un aprendizaje de muchas experiencias para llegar a donde llego entorno al amor.
Tuvo la gran oportunidad de lanzar el videoclip de su canción “Drowning away again” donde representan una historia de dos señoras viviendo su amor, para demostrar que hay otras narrativas románticas que también existen en la vida y son válidas. Fue dirigido por Alejandro Roca Rey y la grata participación de Grapa y Milena que son grandes actrices.
Adrián no se imagina haciendo otra cosa que no sea música, aunque tiene muy claro que puede mezclar también su pasión por la fotografía y eso lo llena más que nada. Este año que viene tiene planeada una pequeña gira por provincia y tiene un viaje a Europa en el cual le gustaría cantar. Definitivamente, quiere que su proyecto crezca y tocar con la mayor cantidad de gente, quiere abrirles concierto a más artistas nacionales y lanzar probablemente más música. Sin duda el 2019 viene recargado para cumplir todas sus metas.