La infidelidad en una relación es como un viejo reloj. Deja de existir coordinación entre las partes y se debe tomar una decisión, remplazar la pieza o simplemente limpiar y volver a ordenar todo con la intención de que vuelva a funcionar en sintonía.
Una traición es un difícil trago de pasar, pero es algo que vuelve más fuerte a uno mismo o a una relación. Después de una traición surgen muchas dudas y muchas acciones que llevadas por la cólera y desconfianza se pueden volver tóxicas.
Posterior a una infidelidad, la persona que sufrió el engaño debe tomar una decisión y casi siempre es la más práctica: terminar la relación, pero en algunos casos la opción de volver a intentarlo es algo viable. Una infidelidad nunca tendrá una justificación lógica, jamás serán suficientes las miles de explicaciones para poder entender por qué ocurrió dicha traición.
Lo primordial y más importante, incluso antes de tomar una decisión, es entender que tú no fuiste la causante del error de la otra persona. Tú no lo orillaste a que hiciera esas acciones, tú eres inocente y no debes cargar con una culpa que no te corresponde.
Quizás últimamente andabas ocupada y no dedicabas mucho tiempo a la relación, ¿eso te hace culpable? Déjame decirte que no, la otra persona tuvo la opción de acercarse y dialogar su incomodidad contigo; a pesar de ello no lo hizo.
Posterior a aceptar lo ocurrido y entender que el error no es tuyo, toma una decisión respecto a la relación. Por un momento deja de lado la cólera e ira y pon todo en una balanza. Sopesa la idea de terminar y dejar las cosas como están. Sí no te sientes frustrada ni disconforme con la decisión, entonces es la decisión correcta. Un punto final. Un corte limpio.
Por lo contrario, si sientes que dejar la relación sería perder todo lo que con dedicación han avanzado, he incluso, sientes que aún hay amor entre los dos pues entonces la opción de continuar quizás sea algo viable. ¿Puede seguir existiendo amor después de una infidelidad?Déjame decirte que sí. No he estudiado psicología, pero la escuela de la vida me he enseñado que todo lo que parece no exactamente es lo que ves.
Existen muchas razones por los cuales puede ocurrir una traición. Dos de las más frecuentes son las de causalidad y casualidad. Si observas el panorama y sientes que hubo una total intención de acciones, pues entonces quítate la venda de los ojos y es mejor dejar las cosas como están.
Caso contrario, la situación surgió cual imprevista, entonces alberga la esperanza que aún existe amor. Unos besos ajenos no pueden lograr arrancar en un corazón un sentimiento tan intenso como es el amor hacia otra persona.
No digo que hagan borrón y cuenta nueva, ya que el dolor y la desconfianza seguiría albergado en tu corazón. Lo que yo te propongo es que dialogues con tú pareja, le digas lo que sientes y que ambos se comprometan a volver a construir esa confianza que no volverá a ser destruida.
Con un compromiso de por medio, pon un punto y aparte para volver avanzar.
A mis cortos 19 años he observado relaciones que han logrado enfrentar esa crisis y ahora son más felices y prósperos sin embargo también he visto intentos que han naufragado en un mar de dudad y no lograron ver un nuevo amanecer. Tú y el deciden el éxito de ese nuevo intento.
Por último y muy importante, nunca regreses con alguien por presión o venganza. Quizás vayas a sentir satisfacción después de una venganza, pero habrás perdido tiempo que pudiste dedicarlo con otra persona.
Al final del día, solo tú decides si pones un punto final o un punto y aparte.