La historia entre Rafa Bertorini y la fotografía se remonta a los primeros años de su vida, cuando documentaba y retrataba todo lo que a una niña le podía parecer interesante de capturar con una cámara fotográfica a esa edad.
“Hacía fotografías retrato de cada persona de mi clase cada vez que tenía un espacio y tiempo para hacerlo; en los recreos, clases de arte en las que no hacíamos mucho, me la pasaba tomando fotos a momentos y personas”.

Rafa nos cuenta que está acostumbrada al cambio, y artísticamente es algo que le resulta provechoso al momento de fotografiar, pues le permite innovar cada vez que va a presionar el obturador. El haber vivido en distintas ciudades del país es, probablemente, el factor que determinó esta costumbre, desencadenando un gusto por conocer lugares y gente nueva. Es así como decide viajar a Buenos Aires para estudiar una vez terminada la secundaria.

Fue el miedo lo que la llevó a permanecer en la carrera de Diseño Gráfico durante 6 meses en la Universidad de Palermo y no optar por estudiar fotografía; pero una tarea, que implicó tomar fotos, y un profesor, se convirtieron en los gestores de la salida de Rafa de los bocetos y la edición, y quienes reafirmaron su talento y la convencieron de que tenía que convertirse en fotógrafa.

“No la pensé dos veces porque era lo que me había gustado toda la vida, pero me moría de miedo de intentarlo. Una vez adentro me encantó. Desde el minuto uno me metí totalmente a la carrera, los trabajos me parecían increíbles, salía a tomar fotos por Buenos Aires, que encima es una ciudad preciosa como para conocer, para caminar, para tomar fotos… entonces así fue como empezó”.

Dos años después, Rafa decide regresar a Lima y seguir estudiando, pero esta vez en el Centro de la Imagen. Al terminar la carrera, sin contar con gran cantidad de material con el cual darse a conocer ni con un equipo de creativos detrás de sus photoshoots, empieza a crear su portafolio, teniendo como protagonistas a chicas que poseían esa naturaleza y suavidad que gusta de transmitir en sus fotografías. “Creo que hay que buscar el crecimiento personal y profesional y trabajarlo un montón. Tienes que ser una persona constante, dedicada, ponerle mucho esfuerzo a lo que haces y realmente creo que lo más importante es tener amor y pasión por ello”.

A través de redes sociales, Rafa dio a conocer su arte y su pasión, ganándose el interés y la confianza de marcas de prendas de vestir con las cuales empezó a colaborar, así como a trabajar con otras y llegando a formar parte del staff de una conocida revista.

Junto con su madre crearon Little People Studio, un servicio que ofrece sesiones de fotos a recién nacidos, niños, familias y a aquellas parejas que se encuentran en la dulce espera. A ambas desde siempre les ha gustado fotografiar personas, y, de hecho, es la madre de Rafa quien la acercó a la fotografía, a través del primer contacto que tuvo con una cámara, y quien de la mano de su padre, apoyaron a su hija a seguir lo que la apasionaba.

“En mis fotos vuelco toda mi experiencia de vida, mis viajes, el conocer gente, todas las cosas que me van inspirando para ponerlas en una imagen. Todo lo que ves influencia”, responde cuando le preguntamos qué diferencia sus fotos de la de sus colegas. Para Rafa, el fotomodelaje en la escena local está creciendo y siendo innovado bajo el lente de fotógrafos y fotógrafas que están buscando mejorar constantemente su trabajo y desarrollando un estilo propio. “Están haciendo cosas increíbles”, agrega.

Hace poco se ha convertido en la primera embajadora peruana y alfa partner de la marca Sony, con quienes está desarrollando proyectos dirigidos a gente como ella, fotógrafos apasionados – o con ganas de serlo-. En los próximos meses realizará talleres, workshops y cursos online junto a marcas peruanas, en universidades y fuera del país con los que pretende transmitir todo su conocimiento, aprendizajes y experiencias a otros.

Rafa está 100% comprometida con su trabajo, y en medio de ello se hace tiempo para viajar por el mundo durante 40 días una vez al año, leer y hacer deporte. No existe nada más placentero que dedicarte a hacer lo que más te gusta, y es consciente de ello. Rafa Bertorini se encuentra viviendo una vida de fotografia.