Hace unos días, por el cumpleaños de una de mis mejores amigas, con unos amigos nos fuimos a una casa de campo en Las Praderas de San Andrés, en el kilómetro 75 de la Panamericana Sur, como quien se va a Azpitia. Cada casa dentro de esa hacienda tiene un nombre y la nuestra se llamaba Villa Lupita. Apenas entramos a la casa, nos enamoramos de todos sus ambientes: su piscina, área de fogatas con parrillas, sala de juegos con billar, fulbito, ping pong y sapito, dos salitas de estar en el primer piso, una cocina enorme, 5 cuartos para 4 personas cada uno, terraza y una casita del árbol.
El primer día hicimos full uso de la sala de juegos y de la terraza de la casa, frente a la piscina. Disfrutamos de unos traguitos como un whiskey Chivas de 21 años, un tequila José Cuervo y un ron Zacapa de 24 años, e hicimos juegos como “21”, “Piccolo”, “Yo nunca”, etc. Además, contratamos un servicio de pizzas llamado Pizza Al Volo, y de verdad que lo recomiendo porque estaba muy rico y la atención fue A1. Lo que más me gusto de esta casa, aparte de que era enorme y linda, es que pensaron en todo; con esto quiero decir que ¡había una serie de mantitas por todos lados! Hacía mucho frío todo el día y noche ,pero nunca lo sentimos.
El tercer y cuarto día, ya que todos estábamos cansados, optamos por hacer uso de Netflix en la salita de estar y vimos unas películas, por la noche hicimos parrilla, donde preparamos ensaladas, papitas y cocktail. Además, no podía faltar un vino tinto o dos. Quiero contarles que también estaba el apoyo de una señora que nos ayudaba en la casa, como ordenar y cocinar el almuerzo. Era muy linda con nosotros y siempre estuvo atenta a todo lo que necesitábamos. Para esos días que quieres salir de la rutina y relajarte, Villa Lupita es el lugar perfecto para despejar la mente y pasar un buen rato junto con los que más quieres.