Elegancia, frescura y ligereza. Cala se alza como uno de los más grandes y famosos restaurantes de la Costa Verde. Ubicado en el distrito de Barranco, nos ofrece una carta con lo mejor de la cocina contemporánea, mezclando los sabores nacionales con lo internacional. Tuvimos la oportunidad de degustar sus mejores platos y aquí te contamos toda la experiencia.

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La impresión que se te da al ver el mar frente a frente, te detiene. Las olas rompen al compás de las conversaciones y una música muy tenue se eleva por la sala del segundo piso. La brisa corre, pero no te agobia y el sol calienta, pero no perturba: Con unas persianas que descienden y te cubren la mirada, la tarde se convierte en una experiencia amena. Al menos, así se sentía para mí y mis dos amigas.

La atención fue una de las más cordiales que he recibido en mi vida. Con meseros de lo más atentos y tenedores que sonríen (por la forma ovalada de sus puntas), nos trajeron los aperitivos: Tres tipos de panes de cortesía. Unos crisinos naranjas de ajonjolí, un pan campesino caliente y crocante, acompañado de unos pequeños bizcochos picantes.

Al segundo, nos trajeron las bebidas: “El Cóctel Mochilero”. Vodka, licor de hierbas y chicha de jora. ¿Cómo describirlo? Decorado con hierbas y una rodaja de naranja deshidratada, con una curiosa pieza en su interior: Un hielo esférico de carbón activado. Todo ello, servido en un menaje de cerámica celeste del más único.

Aun cuando la mezcla del licor pareciera ser fuerte, es de lo más disfrutable. Un ligero atisbo a alcohol que desciende la garganta sin quemar. Quizá, el acompañamiento ideal para la entrada que estaba por llegar: “Sobredosis 2020”.

Ceviche de salmón Nikkei, Ceviche de atún, Ceviche de Lulo y un Ceviche Brasa, acompañado en el centro con un camote dulce, choclo y chifles. Todos organizados sobre una capa de hielo que lo mantenía a la temperatura ideal. No pudimos aguantar para comenzar a probar.

Tengo que admitir que mi favorito fue el Ceviche de Salmón Nikkei, no solo por la curiosa fusión del sabor oriental con algo tan costeño como nuestro ceviche, sino también por la frescura de cada bocado. Sin embargo, el Ceviche Brasa no se queda atrás: Base de pescado, con ají morroneado puesto a la brasa, dando un sabor ahumado; acompañado de camote glaseado. Sin duda, un manjar.

Pero el plato de fondo estaba por llegar. Tuvimos la cortesía del Chef Alfredo Aramburú para el corte del Cordero Asado con Tubérculos al horno. Una explosión de texturas en la boca: Se deshacía de lo tierno que era, bañado en la salsa de su cocción. Acompañado de tubérculos varios y verduras asadas (espárragos, vainita bebé y cebolla china), el plato promete ser para varias personas, ya que, entre las tres presentes, apenas pudimos con 1/6 de todo el plato.

Sin embargo, siempre hay espacio para el postre.

Un merengue con helado de frambuesa, finamente bañado en una salsa de maracuyá y decorado con arándano, frambuesa y fresa. Al presionar con el tenedor, se deshacía y el azúcar acariciaba cada papila de la lengua. Un postre para recordar.

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Cala es sin duda uno de los mejores restaurantes que he podido visitar. Lo súper recomiendo para una velada romántica o un almuerzo fuera de lo común con amigas. Intenten llegar temprano para alcanzar las mesas que dan vista al mar y no se pierdan la oportunidad de un gran almuerzo en la Costa Verde, con el ruido de las olas rompiendo mientras bebes un ligero, elegante y fresco cóctel.

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