Adidas nos abre las puertas por la mañana para una charla con la simpática Alessandra Bonelli. La joven modelo, nos muestra una de sus aristas menos conocidas: la de emprendedora. Ella es la creadora de Lucaffé, una iniciativa que busca promover una opción más sana y diversa al momento de elegir qué comer.
“Mi amor por el café nace porque me he criado en Italia y creo que allá existe una cultura que rodea al café muy fuerte. La gente toma muchísimo café, es parte de la vida diaria. Te encuentras con un viejo amigo e inmediatamente le invitas a tomar una taza, es como si fuera parte de una religión.” Recuerda con cariño su tiempo en la bella Italia, tierra que la vio crecer durante muchos años; Sin embargo, parte de su corazón ya le pertenece a Perú, gracias a que decidió visitar a sus padres durante un mes, tiempo que luego pasaría a convertirse cinco años.
Su interés por la comida saludable surge debido a que le detectaron unos problemas en la glándula de la tiroides. Y, según cuenta Bonelli, la única solución era cuidarse con una buena alimentación. “No voy a mentir, al principio yo no le tenía mucha fe. Creía que mi doctora era demasiado estricta, pero luego empecé a seguir todo lo que ella me decía.”
Y cuando dejaba de hacerlo, notaba diferencias. Poco a poco comenzó a estudiar y a ver todos los beneficios de una comida saludable. Para ella, se trata de una dieta, sino de adoptar un mejor estilo de vida. “Averiguar de dónde viene lo que comemos, muchos no tenemos ni idea de lo que nos estamos llevando a la boca. Estamos tan acostumbrados a ir a un supermercado y consumir lo primero que se nos ofrece que dejamos de lado la preocupación por saber qué contienen. La cantidad de químicos, de hormonas, de preservantes; es todo un tema. El bienestar propio es algo que me apasiona por completo. Sólo con una buena alimentación puedes aliviar algunos problemas de la salud.”
Si bien ahora la mayoría la reconoce por ser modelo o influencer, dice nunca haber abandonado su lado más emprendedor. Al mismo tiempo que se desarrolla dentro de sus plataformas de internet, sigue trabajando con su familia el negocio del café.“Yo soy la fan número uno de Lucaffé. Pronto me di cuenta de que teníamos buena acogida con los clientes, y me dije ¿por qué no? ¿Por qué no abrir una cafetería? Empezó como un juego, pero luego se me presentó una excelente oportunidad en el Cuartel del Chino. Es entonces cuando dije, ‘esta es’.”
Confiesa que confía plenamente en Lucaffé, pero hay días en los que ya no duerme, pues carga con la responsabilidad de todo lo que ocurra. Alessandra compara el tener un negocio propio con tener un hijo. “Todos me bromean con que es mi bebé, y en realidad lo es. Hay veces en los que estoy agotadisima, llego a altas horas de la noche, con los ojos cansados pero sigo pensando en qué más me falta por hacer. Porque siempre hay esa sensación de querer mejorar las cosas, porque como es algo tan mío sino lo hago yo, no hay quién pueda cuidarlo igual.”
Cuenta que sus días inician a las cuatro de la mañana, ya que la cafetería abre a las cinco y media, y cierra a las nueve. Cree que no importa cuan larga sea la jornada, todo sacrificio vale la pena. “A todo aquel que crea lo suficiente en sus sueños, yo lo recomiendo completamente. Siempre se dice que para que un negocio funcione es necesario mucho dinero, y en parte es verdad, pero para mi lo más importante es tener una buena idea y saber organizarse bien. Vale la pena al cien por ciento, y ver cómo eso que soñabas se va volviendo realidad y va creciendo cada día más es increíble.”
Y, si bien Lucaffé es creación suya, dice que no lo hubiera conseguido sin el apoyo de su familia. “Sin mis padres no soy nada. Ellos me han apoyado muchísimo, me acompañan a todos lados. Son mi roca, me siento muy respaldada. Todos me dicen, ‘Ale, estás en todas, ¿cómo haces?’ y a veces ni yo sé cómo, pero lo hago. Intento organizarme lo mejor que puedo, pero soy humana y en ocasiones también fallo. A pesar de eso siempre estoy intentando hallar la manera de hacer mejor las cosas. Yo creo que tener las ganas de hacer algo, pero verdaderamente querer lograrlo, mueve montañas.”
