Hace poco, en nuestra ciudad, se realizó el “IV Festival Internacional de Teatro Temporada Alta”. Este es considerado como uno de los mejores festivales de artes escénicas en el mundo y referente principal del teatro contemporáneo.
En esta cuarta edición, se presentaron 15 producciones que procedían de Argentina, México, Francia, España, Italia, Suiza, Chile y Perú. Entre estas se encuentran “Solo cosas geniales” y “Prehistoria de la felicidad”, obras peruanas que fueron puestas en escena en el teatro de la Alianza Francesa de Miraflores, sede principal del festival.
Los distintos mundos representados en el escenario y la manera de abordar temas según cada obra, otorgaron aún mayor riqueza al intercambio cultural que se genera en este espacio artístico, donde los géneros se fusionan y son explorados desde variadas perspectivas.
Una de las obras a la que tuve el privilegio de asistir fue “Solo cosas geniales”, unipersonal protagonizado por Norma Martínez. En este, la actriz toma el papel de una mujer que cuenta el inicio y desarrollo de una lista de “cosas geniales por las que seguir viviendo”, la cual decidió crear a los siete años, cuando su madre se encontraba deprimida.
Lo particular en esta obra es el acercamiento con el público, pues mediante distintas interacciones guiadas por Martínez, van otorgándole sentido a la historia, construyéndola. Esto ocasiona que cada presentación sea distinta, pues depende del ánimo de los espectadores. Algunos, muy tímidos, titubean antes de comenzar a hablar; otros, se lanzan a participar como si hubiesen ensayado días antes.
Helados, las cosas con rayas, despertar junto al amor de tu vida y bailar en privado, son algunas de las cosas que pertenecen a la lista creada por el personaje. De la misma manera, se invita a los presentes a que puedan seguir aumentando aquellas cosas que hacen que la vida sea maravillosa, y que muchas veces pasan desapercibido.
La depresión, como tema principal, es abordada desde un punto de vista tierno y amable. Al salir de la obra, uno experimenta una sensación conmovedora y se detiene a pensar en cuántos son los momentos bellos que dejamos escondidos en los rincones de la mente, olvidados, cuando son estos los que deberíamos recordar siempre.
Los demás países también trajeron consigo representaciones bastante interesantes, que de seguro dejaron impacto en el público en general. El festival estuvo en Lima hasta el pasado 24 de febrero. Debemos esperar hasta el próximo año para poder presenciar una vez más el distinto repertorio de obras que serán puestas en escena.